sábado, 16 de julio de 2011

Asertividad

Estaba viendo un concierto, cuando... Algo empezó a sonar mal: era una de las cantantes. De repente, la otra se giró y le clavó la mirada en su rostro desconcertado. A la vez, le lanzaba la más sincera y expresiva sonrisa que jamás se haya visto: - ¿Por qué lo estás haciendo mal? No dejes que te traicionen los nervios. Lo hemos ensayado miles de veces. Yo, y el resto del grupo, sabemos que lo haces de puta madre. ¡Vamos! ¡Como tú sabes! Con alegría ¡Sin miedo! – Seguramente, aquella mirada y aquella sonrisa, decían muchas más cosas porque todo comenzó a sonar mejor: la voz creció y todos reían, cantaban y tocaban palmas. El público se desvanecía entre los efluvios del tabaco y la cerveza, tras presenciar un acto tan breve y bello, casi irreal...

Qué difícil resulta ver algo así. Normalmente pensamos en culpar al otro. Porque, además, siempre hay otro al que culpar.
Lo cierto es que la competitividad es entre tú y los otros. No se piensa en la estrategia colaborativa, en la que todos pueden ganar, en la que todos ganen.
El problema viene por lo de “ganar”. Todas las metas de nuestra vida incluyen el término “ganar”: dinero, calidad de vida, fútbol, elecciones...

Jugar: ¿No te gustaría, simplemente jugar, pasar el rato, divertirte? ¿Y si el diferente, el “otro”... no existiera? Entonces no habría nadie a quien ganar y el mundo sería extrañoooo...
Ganar: Eso es porque tú eres un looser.
J: Estoy comprometido con la causa, soy colaborativo. Podemos jugar todo el rato, sin prisa pero sin pausa.
G: Eres un Idealista, la vida es mucho más seria.
J: Y tú no eres capaz de tomar distancia, sigues repartiendo y cargando culpa.
G: Serías elitista pero, como no tienes un duro, te quedas en las vanguardias.
J: Te quiero.
G: Que te follen.