viernes, 30 de septiembre de 2011

Network (un mundo implacable)

El título puede llevarnos a confusión: con la palabra “Network” todos pensamos en Internet, redes sociales, facebook... Pero no, la película tiene más de 30 años y todavía no se atisbaba el “bum” que supondrían estas tecnologías.

Aún así, la temática es de candente actualidad. Tanto la principal: el mundo de la televisión con sus vicios y perversiones. Como las secundarias: crisis (la originada con la subida del petróleo en el 73), pérdida de poder de los Estados en favor de las grandes compañías, globalización, indignación (más bien cólera).
Incluso la historia de amor resulta adecuada al contexto actual, hasta arriesgada para el puritanismo americano -claro, que eran los 70's: drogas, sexo, feminismo...- Sí, el puritanismo ha ganado terreno en las artes visuales, ahora hay más sexo explícito pero, cuando se trata de relaciones serias, todo es más convencional, más ñoño.

Me han llamado la atención pequeños detalles:
Bebían Cutty Shark con Cocacola (en botella de 2 L.), los directivos!! Fumaban en los restaurantes!!
Se menciona el Comunismo! incluso el Marxismo!! Aunque sea con la intención de ridiculizarlo y desacreditarlo.
Quizá las libertades no hayan evolucionado mucho, pero las prohibiciones y tabús ...

El presentador-profeta, en su papel delirante, iracundo, demente... aporta cierto toque de humor, porque las realidades que duelen sólo las podemos encajar como chiste. Aún siendo el estereotipo de predicador americano, resulta más que creíble, quizá porque en la televisión todo parece más real. En general todos los personajes y la trama resultan de gran realismo.

En fin, un claro ejemplo de que la historia se repite, de lo cíclico de las crisis, de la evolución que han tenido los medios de comunicación y de su escaso interés por informar en favor de hacer dinero.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Internet y el espectador activo

Con el uso masivo de internet, se han abierto infinidad de posibilidades para los espectadores. Los consumidores de contenidos ahora podemos escapar a la rutina de sentarnos frente al televisor y tragarnos todo lo que escupe la "caja tonta".
Podemos elegir qué engullir, siempre dentro de los límites que nos imponen: nuestra comodidad, el tiempo dedicado a la búsqueda, el ancho de banda y, por supuesto, que no todo lo que nos interese tiene porqué estar en formato de vídeo o audio.

La comodidad es muy importante, porque lo más cómodo es dar al botón de la TV y que nos sorprenda con lo que se está radiando en ese momento. El típico aburrido espectador pasivo. Es el comportamiento más común, sobre todo si utilizamos la TV como ruido de fondo, como compañía. No hay que molestarse siquiera en elegir qué queremos ver o a qué hora lo queremos ver. Aunque sea como ruido de fondo, su mensaje nos está llegando, porque los mensajes son repetitivos, se repiten en el tiempo y en la frecuencia (no importa que cambies de canal). Así, al final, acabas conociendo lo que conoce todo el mundo, acabarás hablando de lo que habla todo el mundo y pensando como piensa todo el mundo, porque de eso se trata, de uniformar.

Lo mejor para salir de este círculo de vicio y perversión es, conectar tu TV al ordenador (y a internet) para eliminar el mayor número de barreras que hacen engorroso el acto de elegir el contenido. Porque elegir requiere un esfuerzo y un tiempo: la libertad también tiene un precio.

Lo que me ha hecho lanzarme de lleno al mundo del espectador activo ha sido la televisión a la carta, concretamente rtve a la carta. Porque puedes ver cualquier programa, documental, etc, en el momento que tú elijas. No es necesario que lo pongas a descargar y, por supuesto, no es necesario que te quedes un sábado por la noche en tu casa para ver "la Noche Temática", o poner a grabar el vídeo en caso de que tengas un compromiso ineludible. La banda ancha (que siempre parece demasiado estrecha) de cualquier ADSL o incluso 3G es más que suficiente, ya que, para ver "Redes", "la 2 Noticias" o cualquier otro programa no necesitamos la "alta definición".
El facilitar los vídeo y audio en streaming ha sido un gran avance en internet.

No sólo está rtve a la carta, existen otros canales que cuelgan sus contenidos en la web, aunque, la televisión pública ofrece un muy buen servicio, con una gran cantidad y variedad de contenidos y sin publicidad (por fin unos impuestos bien empleados). También existen sitios con enlaces y reseñas a documentales como Naranjas de Hiroshima o películas y series como cuevana.
Por último, para los amantes del porno, o los simples y convulsivos pajilleros, existen infinidad de páginas que ofrecen vídeos de este género en streaming y gratis!!!

Por supuesto, es muy importante tener también el "aMule", para bajar películas, música, series, documentales... todo aquello que no encontramos en streaming. Y poder visionarlo en el momento en que se complete la descarga, sin tener que grabar en un CD o un pen drive. Otro de los grandes avances de internet: las redes P2P, que permiten compartir archivos sin servidores dedicados. Compartiendo das nueva vida a esos contenidos cubiertos de polvo en tu disco duro.
Además, los videoclubs siguen existiendo, y muchas bibliotecas ofrecen DVD's para alquilar. Todo es compatible y complementable.

Sí, el internet nos abre las puertas de una cultura inmensa. Pero no sólo eso, existen peligros: la pérdida de tiempo es el principal. Hay infinidad de contenidos, los hiperenlaces, la multitarea... facilitan que nuestra atención se disperse en múltiples frentes cada vez que nos acercamos a un ordenador, sobre todo si lo hacemos con motivo de ocio. Y puede, que al intentar acceder a la cultura, acabes perdido en un océano de banalidades y con la conciencia manchada por el estrés y el haber querido hacer mucho y no haber conseguido nada.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Mordiscos a la educación pública y mitología del capital


A ciertas minorías les puede resultar indiferente el tema: porque no piensan llevar a sus hijos a una institución pública que, después de todo, está llena de inmigrantes, pobres, gitanos, negros, clase media y baja... -¡No! nuestros hijos han de codearse con las élites-.

Y son estas élites las que deciden sobre la gestión y el futuro de nuestras instituciones públicas. Por tanto, no debería sorprendernos las medidas de "austeridad" de "lo público" que se están tomando actualmente.

Todo ello, va acompañado del mito del funcionario vago e inútil y la exaltación del trabajo autónomo. Trabajador autónomo que acaba sub-sub-sub-contratado para empresas más grandes, sin ningún tipo de garantía social. Exaltación también del empresario de éxito, del que arriesga... Sólo que algunos pueden arriesgar su capital mientras la clase media tiene que hipotecar su vida. Exaltación del trabajador de la empresa privada, que cumple jornadas cada vez más largas, con horarios cada vez más irreconciliables con ningún tipo de vida personal. Exaltación de un tipo de vida dedicada al capital, tanto tienes tanto vales, tanto puedes gastar, tantas cosas puedes comprar.
-Quiero que vengas a darlo todo, que salgas de aquí extenuado. Después te vas a casa, al gimnasio, a tomar algo, de compras, a ver una peli... lo justo para relajarte y al día siguiente otra vez lo mismo. El fin de semana y en las vacaciones tendrás un montón de dinero, podrás ir a ese restaurante tan caro, a esas vacaciones utópicas y olvidarte de todo este estrés, de esta vida que no te pertenece-.

Al parecer, la culpa de que el trabajador privado esté en esta situación la tiene la ineficiencia de "lo público", porque en lo privado no tiene cabida lo improductivo, que sería rápidamente aplastado por un competidor. Esto resulta en una extraña paradoja en la que los funcionarios tienen derechos y el resto de trabajadores dinero, miedo y precariedad.

La riqueza sólo engendra más riqueza, hay que atraer la inversión a cualquier precio.

En estas vaguedades, mitos, amenazas, ansias de gloria y riqueza, se basan las políticas que minan el Estado de Bienestar, que después de todo, es un Estado para los desfavorecidos, porque las élites no lo necesitan, ya viven en su Estado paralelo de Suprabienestar. Y, de forma más o menos indirecta, son los que copan los órganos de poder, así, si algo va mal y hay que soltar lastre, será a costa de los de abajo.

Pero en lo privado también hay mucha ineficiencia, sólo que está protegida con el manto del trabajo duro y del riesgo. ¿Cuántos proyectos no acaban en la basura de algún concurso? Sí, se ha dado trabajo a gente durante un tiempo, y luego ese tiempo se ha tirado a la basura. Gastos onerosos, reuniones, viajes, subcontratación, prejuvilaciones... sueldos millonarios. Y por supuesto la especulación, ingentes esfuerzos en el movimiento de enormes sumas de dinero de un sitio a otro, comprar-vender ¿dónde está ahí la productividad? Pero claro, esto no está a la vista de la mayoría. Lo que ve la mayoría es: al parado que trabaja en negro, al inmigrante que le ha quitado el puesto porque se ofrece a cobrar menos, al funcionario que le atiende en la cola del paro, al guardia civil que le pone la multa...

¡No! No jugamos en la misma liga, ni siquiera jugamos al mismo juego.

Los culpables de la crisis son los ciudadanos, que se dejaron llevar por una vorágine hipotecaria, incrementando el consumo por encima de sus posibilidades. Se pinchó la burbuja inmobiliaria, parece que una vivienda no valía el sueldo de varias vidas. Puede que la culpa no sea de todos los ciudadanos, pero quien va a pagar va a ser la mayoría. Y como esa mayoría no tiene capital lo va a pagar con su vida, con recortes en los servicios que siempre se consideraron básicos: vivienda, sanidad, educación...
De la noche a la mañana, empezaron a crecer las cifras de paro, y no es que ese fuese el problema, el problema vino cuando los bancos dejaron de cobrar.
En España hay 5 millones de parados, esa gente sobra, el capital no los necesita, además, la vida sigue, el resto de trabajadores no puede seguir pagando sus pensiones y sus servicios públicos. Solución: disolvamos los servicios públicos, las garantías  sociales y que cada uno se lama sus heridas.

Además, no necesitamos tantos titulados, necesitamos mano de obra abundante, barata y sin criterio. Porque, aunque las élites copen el poder, han de ser secundados por la masa: vivimos en una democracia. Por eso no importa que baje la calidad de la Enseñanza con mayúsculas: la que forma, la que, como en la antigua Grecia, crea ciudadanos capaces de participar en la vida pública. La que interesa es la enseñanza con minúsculas: la que queda al servicio de las necesidades del mercado, la que hace de niñera de los hijos de los padres que no tienen tiempo, la que se ajusta a las profesiones más especializadas y demandadas. Los pensadores y directivos ya saldrán del sistema privado.

En definitiva, todas son medidas tomadas por las élites en contra de la mayoría, secundadas por falsos mitos y creencias, difundidos por medios de masas, arropados con ignorancias y miedos, que apartan de nuestra mente la idea de rebelión: - ¡No! Queremos un Estado fuerte, capaz de distribuir el trabajo y la riqueza. Queremos gobernantes que nos representen. Queremos participar en el Gobierno. Queremos vivir bien. Queremos vivir en sociedad, no en la jungla del vil metal.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Informe Semanal

Es un programa que puede resultar ambiguo, requiere de cierta observación, no vale con mirarlo superficialmente y decir - ¡Buaf! Otro informativo de la televisión pública-
Aunque, al emplear la palabra "informativo" ya nos trasladamos cerca de su esencia. Los reportajes son elaborados, meticulosos, sobre temas que en los noticiarios de cada día pasan sin pena ni gloria, o que se les da cierta relevancia pero se difuminan en el bombardeo de datos diario. Es un espacio que proporciona "información", no son noticias en crudo, no son meros datos uno detrás de otro. A alguien esto le puede parecer sectario o partidista y seguro que su razón tiene, cuando uno observa algo, siempre lo hace desde su especial atalaya. Pero, a mi forma de ver, resulta un programa bastante objetivo, por dos motivos principales:
El primero, porque en toda acción, en todo altercado o conflicto, suele haber al menos dos partes contrapuestas (casi siempre dos, porque los humanos tendemos a ser binarios a la hora de forjarnos una visión de lo que nos rodea) y en sus reportajes suelen recoger los diferentes puntos de vista, luego cada uno que se identifique con el que más le convenga y lo critique o alabe según sus circunstancias pero, al menos, el equipo se ha tomado la molestia de recoger todos los datos y mostrarlos dentro de un contexto.
El segundo, por los temas tratados. Elegir un tema ya es tomar partido por algo y, en este programa, se toma partido por alcanzar una cierta consciencia del mundo globalizado en el que habitamos.
Los reportajes no son muy largos apenas 10 o 15 minutos, y arrojan luz sobre muchos de los conflictos de los que continuamente tenemos noticias pero de los que ya no sabemos porqué comenzaron, o porqué continúan. También se tratan situaciones que han sido abandonadas por las noticias de cada día, por ejemplo Somalia: estábamos muy acostumbrados a ver a "negritos" con sus estómagos hinchados a la hora de comer o cenar (prime-time de los telediarios), ya no es tan común, será que no existe hambre en el mundo? o ¿será que no queremos verla? si, aparte de dar limosna, no podemos hacer nada... Ahora lo que hay, son "piratas", casualmente en el mismo territorio donde antes había estómagos hinchados.
No todo son conflictos, también se repasan personajes, movimientos sociales, hechos históricos... Pero el último reportaje, como las últimas estrofas de una chirigota, suele ser uno de esos que hacen reflexionar sobre la injusticia, la miseria y la violencia, que va generando nuestro frenético progreso.

Obviamente, no todo el monte es orégano. De vez en cuando hay que tragarse la campaña del candidato de turno, de cualquiera de los 2 partidos, el que toque, en eso son muy equitativos. También está la propaganda de las comunidades, Estado, Unión Europea... Realmente, no es que estos reportajes sean malos desde el punto de vista de la técnica y el informar. Siempre muestran lo bueno y contraponen el lado crítico, lo malo es que entran dentro de campañas globales de información. Por ejemplo, si se quiere dar a conocer al nuevo candidato del PSOE o el PP, entonces se le saca en las noticias y en todos los programas que sea posible y, además, se le hace un reportaje en Informe Semanal. A mi juicio no merece semejante reportaje, porque te vas a enterar igualmente y porque es irrelevante quien sea el candidato, es meramente el brazo ejecutor de un programa que elabora un determinado grupo de gente. Claro que en España, y en todas las democracias modernas, se vota más con el corazón que con la cabeza. Pero ese es otro problema. Este tipo de reportajes propagandísticos le hacen perder credibilidad y, al ser el primero, indispone para los siguientes. Los que ya sabemos esto podemos reincorporarnos al programa más tarde o verlo a través de internet en rtve a la carta.

Sólo tiene cabida en la televisión pública, al menos yo no he visto en la privada algo en ese formato y contenido. Y eso que, después de más de 30 años en antena, sigue teniendo una audiencia más que respetable. Quizá, la obsesión del capital por vender y seducir, haría que un programa así derivase en otra cosa, más propagandística. Bien pensado, rodeado de anuncios y mercadería, resultaría demasiado frívolo.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Apuntes sobre Sloterdijk y la fiscalidad voluntaria

Estos juegos mentales que relacionan estructuras sociales y sicología resultan siempre reveladores, divertidos, estimulantes, avergonzantes...

"... la habitual animadversión de los intelectuales hacia el capitalismo puede explicarse en razón de la frustración que sigue al descubrimiento de que la brillantez intelectual que asegura el éxito en la escuela no garantiza un éxito condigno en la vida profesional, donde entran en juego otros factores de atribución de recompensas."

"... ya en el estado intrauterino, todos desarrollamos un sentido de arropamiento espacial para el que, una vez llegados al mundo, no hallamos ya ningún sucedáneo satisfactorio..."
(Ese insatisfactorio arropamiento bien podría ser el Estado paternalista, el redistribuidor de la riqueza, el que roba a los ricos para repartirlo entre los más pobres)

"... la contrapartida al orgullo de quienes triunfan en la lucha por el reconocimiento es el resentimiento de aquellos que han de ocupar un rango inferior en la jerarquía social. Para deshacerse de la ignominia de tal subordinación se propagan desde abajo valores morales de autolimitación e igualitarismo, a cuya luz los integrantes de las clases que han obtenido el éxito aparecen necesariamente como fracasados."
"...Los ricos sólo pueden sacudirse el desprecio de sí mismos que la cultura les impone si, mediante una economía del orgullo, distribuyen su patrimonio en una serie de bellos gestos de asistencia voluntaria a los necesitados, a los de abajo." (Supresión de los impuestos obligatorios, que sea algo voluntario)
"...Basta ya de quejarse por el aumento del paro; basta ya de prestar exasperante atención a la vida de los de abajo; ¡¿no resultará más deplorable y humillante tener que renunciar, por la coacción del Estado social, a parte del patrimonio que uno se ha ganado a pulso?!"

Fragmentos de dos ensayos publicados en "Revista de Occidente". Los dos ensayos son:
La utopía de la sociedad sin impuestos. Manuel Arias Maldonado
Fatales profundidades desde Karlsrube, Sloterdijk y su propuesta de fiscalidad voluntaria. Axel Honneth.
En ambos se rebaten las teorías de Sloterdijk, en el segundo de forma más clara y contundente.